
Rossana Mendoza Zapata
Asociada de Foro Educativo
¿Cómo empezar el año escolar 2025?
En pocos días comenzará el año escolar 2025 y el estado peruano debe asegurar el buen inicio para más de 9 millones de niñas, niños y adolescentes, si bien la tasa de matrícula es alta hay mucho por hacer para asegurar el derecho a la educación básica. Conozcamos lo que piensan las niñas, niños y adolescentes.
Rossana Mendoza Zapata
El derecho a la educación básica comienza con la matrícula en las Instituciones Educativas y según el INEI a marzo del 2024 las coberturas fueron de 85,4% en inicial, 96% en primaria y 88,7% en secundaria. Nada mal. El estado hace lo que le corresponde y las familias se esmeran para que sus hijas e hijos estudien, pero matricularlos no es lo único que deben hacer, mantenerlos en la educación básica sin interrupción supone grandes sacrificios cuando los ingresos son escasos, son migrantes, la violencia ronda, viven lejos de las instituciones educativas o llegar a ellas constituye un riesgo. Eso sin contar que existen 400 locales escolares considerados en alto y muy alto riesgo en Lima y a nivel nacional algunos medios hablan de 20,000.
Necesitamos reconocer que el 2024 fue crítico para la educación básica en el Perú, sin dejar de apreciar el trabajo de muchas comunidades educativas esforzándose por brindar buenas condiciones para que las niñeces y adolescencias gocen de su derecho. Miles de escolares han interrumpido sus estudios por muchas razones, entre ellas la violencia. No olvidamos las denuncias en Condorcanqui ni podemos soslayar los datos estadísticos del portal SíseVe, que cerró el año con 3934 casos reportados de violencia sexual en todos los niveles. Es importante conocer lo que piensan los escolares, sujetos centrales de la educación y por ello recupero en este artículo un breve resumen de lo que opinaron 93 niñas, niños y adolescentes representantes de organizaciones de 17 regiones del Perú en su informe alternativo ante el Comité Internacional de los Derechos del Niño en julio del año pasado.

Al analizar la calidad de la educación consideran que no alcanza su finalidad, no los prepara para acceder a la educación superior o para conseguir un trabajo: “El Estado no ha realizado muy bien su trabajo para brindarnos una educación de calidad a todos los estudiantes. Nuestro aprendizaje es muy rústico. En otros países hay una gran cantidad de aprendizajes, pero en nuestro país solo se enseña lo básico y por eso nuestra nación no logra desarrollarse”. Este cuestionamiento es profundo y pone en tela de juicio el sentido mismo de la educación. Asimismo, demandan gratuidad real porque consideran que los costos de la educación básica los cargan los estudiantes y sus familias dificultando el acceso y profundizando las desigualdades: “El Estado Peruano debería garantizar la gratuidad de la Educación. Hoy, nosotros, tenemos que pagar el costo de la matrícula, fotocopias, actividades, etc. Eso debería cambiar y ser accesible para todos”. Son conscientes que ésta realidad genera deserción escolar: “La pobreza y la desigualdad es una gran limitación para acceder a la educación. El no tener plata no permite que los niños, niñas y adolescentes continúen en los colegios, y al no tener dinero simplemente se retiran o no asisten”.
Frente a la situación de violencia sexual en sus mismos hogares, instituciones educativas y en las calles demandan la Educación Sexual Integral en el marco de una educación integral y con enfoque de género: “La educación debe ser integral, con enfoque de género, debe enseñarse la Educación Sexual Integral (ESI), esto es muy importante para los adolescentes”. Desde su perspectiva explican que: “Las limitaciones para hablar sobre Educación Sexual Integral -ESI-, son los proyectos de ley que limitan la enseñanza de la ESI en los colegios. No todos los niños y adolescentes tienen la confianza de hablar sobre estos temas con sus padres, y es crucial que se aborden en un espacio neutro como la escuela. La sexualidad no solo abarca el cuerpo, sino también cómo se lleva la vida desde el enamoramiento en adelante”.
Si las niñas, niños y adolescentes son la razón de ser de la educación básica, esperamos que sus voces sean tomadas en cuenta para remediar en lo inmediato las limitaciones que existen hoy para iniciar el año escolar. A largo plazo nos corresponde a todas y todos emprender un diálogo nacional rumbo a replantear el sentido mismo de la educación básica y no quede a merced y discreción de los gobernantes y legisladores de turno y sus propios intereses. Comencemos con algo muy sencillo, preguntemos a las niñas, niños y adolescentes cercanos ¿Cómo sueñan que debe ser la educación? ¿Qué y cómo quieren aprender? Escuchándolos nos daremos cuenta que lo ofrecido por el sistema escolar no es lo que ellas y ellos esperan y éste puede ser el inicio de una reforma profunda.
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