
Fabrizio Monge
Redactor y Data Analyst
La anemia en niños menores de cinco años se ha consolidado como un problema de salud pública persistente en Perú. Este obstáculo, lejos de ser un tema aislado, compromete el futuro educativo y el potencial de miles de infantes a nivel nacional.
Para comprender su verdadero alcance, ECData analizó los datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), junto a los resultados de la Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje (ENLA), para observar cómo este problema de salud se traslada a las aulas.
Como se puede ver en el gráfico, existe una correlación significativa entre el porcentaje de anemia en niños menores de 5 años y el porcentaje de niños de cuarto de primaria que leen y resuelven problemas matemáticos satisfactoriamente. Esto implica que, a mayor nivel de anemia, las regiones tienden a tener un peor desempeño en ENLA. Asimismo, las regiones con menores niveles de anemia tienden a tener mejor desempeño en estas evaluaciones.

Porcentaje de anemia vs porcentaje de niños que
pueden leer satisfactoriamente

Una dura realidad para los más indefensos
El problema comienza en los primeros meses de vida. Los datos de ENDES muestran que la prevalencia de anemia es más alta en los niños de 6 a 11 meses de edad, superando el 66% en 2024. Esta etapa, crucial para el desarrollo cerebral, es cuando la deficiencia de hierro tiene consecuencias más graves.
Daniel Alfaro, exministro de Educación y fundador de Pirca Consultoría, comenta sobre el perjudicial impacto de la anemia durante los primeros años de vida.
“La anemia tiene un impacto sobre todo en niños de cero a treinta y seis meses. Es un tema de gran preocupación, debido al gran riesgo que implica para este rango de edad, puesto que justamente coincide también con un momento en el cual las funciones de desarrollo socio motriz. Es decir, esta problemática ataca justo cuando nosotros, como seres humanos, aceleramos nuestro desarrollo, en el momento en el cual conseguimos las primeras grandes competencias que definirán nuestra vida” sostuvo el experto.

Loreto y Puno: Casos críticos
La crisis se manifiesta con mayor crudeza en regiones específicas. Los mapas de prevalencia de anemia y logros de aprendizaje muestran una correspondencia preocupante. Regiones como Puno, con la tasa de anemia más alta del país (68.5% en 2024), registran también un bajo desempeño en la ENLA.
Asimismo, en Loreto (50.8%), la segunda región con mayores niveles de anemia por tercer año consecutivo, se registró que solo 1 de cada 15 estudiantes de cuarto de primaria pueden comprender un texto correctamente, situándose muy por debajo del promedio nacional (32.8%). De la misma forma, otras regiones de la selva con una ruralidad predominante, Ucayali y Madre de Dios, enfrentan tendencias similares.
En el 2024, Loreto (50.8%) fue una de las regiones con mayores niveles de anemia en niños de 0 a 5 años a nivel regional. Otras regiones con altos indicadores son, Puno (68.5%), Cusco (47.9%), Huancavelica (47.3%) y Apurímac (47.1%).
Según la Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje (ENLA), en Loreto, la segunda región con mayor nivel de anemia en 2024, solo el 12.8% de estudiantes de cuarto grado de primaria lograron comprender un texto satisfactoriamente.
El escenario de Loreto es aún más grave en Matemática, dónde aproximadamente solo 1 de cada 15 niños resuelven problemas matemáticos satisfactoriamente.

Una "generación anémica"
Según los datos de la ENDES, la anemia en niños de 0 a 5 años a nivel nacional ha se ha reducido ligeramente, aunque con cambios de tendencia importantes. Primero, se redujo 6 puntos pasando de 36% en 2014 a 30% en 2019. No obstante, luego de la pandemia provocada por el COVID-19, el indicador remontó a 34% en 2022, cifra que prácticamente no se ha movido desde entonces.
La doctora Saby Mauricio, Directora de Nutrición y Dietética de la Universidad Privada Norbert Wiener complementa estas observaciones desde perspectiva histórica.
“En Perú, tenemos una ‘generación anémica’, teniendo en cuenta solo al grupo de 6 a 36 meses, desde el año 2000, a nivel nacional tenemos a la anemia como un problema de salud pública grave, pues supera los niveles del 40% en todos los años salvo en el 2021. Es decir, al menos la mitad de una generación completa tuvo anemia en la infancia, por consiguiente, su aprendizaje no podrá alcanzar el 100%” comentó Mauricio para ECData.

Educación, diagnóstico temprano y tratamiento
Los expertos coinciden en que una de las dificultades para tratar esta problemática es la falta de capacidad de conocimiento de los síntomas de la anemia por parte de los padres. Asimismo, comparten que el factor educativo juega un rol crucial, sobre todo cuando se trata de educación alimentaria.
“Uno de los temas de por qué hay anemia en estas edades tan tempranas es porque las familias no conocen esta dolencia, porque es un poco invisible. La pueden confundir con otros, o sea, pueden interpretar los síntomas y confundirlos con otro tipo de dolencias (…). Entonces, sí hay un tema de comunicación y educación en los padres. La prevención acá viene directamente a los padres y el Estado, a través de las cunas, ya que el rango de 0 a 36 meses está fuera del alcance del colegio, pues entran a partir de los 3 años. Entonces, el Estado tiene poca posibilidad de acompañarlos de manera más permanente” sostuvo Alfaro.
Por su parte, Mauricio sostiene que la articulación entre instituciones del estado, academia y miembros de la sociedad civil (como los medios de comunicación) resulta fundamental para fomentar una cultura de educación alimenticia y combatir la anemia.
“Necesitamos una política de educación alimentaria y comunicación nutricional. Una educación alimentaria que nazca desde los centros de salud y que enlace a las instituciones estatales (MINSA, MIDIS, MINEDU) y medios de comunicación masivos. La Organización Panamericana de Salud (OPS) recomienda a los gobiernos invertir en Marketing Sanitario como medida de respuesta a niveles altos de anemia. Esto es, realizar “publicidad sobre educación alimentaria” en un lenguaje aterrizado y atractivo” indicó la especialista.
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