Por: Luis Miguel Saravia
- La moda ¿incomoda? La palabra sostenibilidad en educación empezó a utilizarse al inicio de la llamada Década de la Educación y el Desarrollo Sostenible (2005-2014) proclamada por Naciones Unidas. Se definió el concepto de «sostenibilidad» y su desarrollo en la llamada literatura ambiental (Suzuky y McConnell, 1997 The sacred balance: rediscovering our place in nature. Seattle, Mountaineer Books. McKibben, 1989 The end of nature. New York, Random House; Nadeau, 2003 The Wealth of Nature: How mainstream economics has failed the environment. New York, Columbia University Press), así como en el ámbito de desarrollo colectivo correspondiente (Collins y Porras, 2002 Built to last: Successful habits of visionary companies. New York, Harper Business Essentials (revised edition). Erikson y Lorentzen, 2004 Raising the bar: Integrity and passion in life and business: The story of Clif Bar, Inc. San Francisco, Jossey-Bass, p. 125; Batstone, 2003 Saving the corporate soul and (who knows?) maybe your own. San Francisco, Jossey-Bass; Hawken, Lovins y Lovins, 1999 Natural capitalism: Creating the next industrial revolution. New York, Little, Brown. 57 58 HORD, S. M. (1997): Professional learning communities: Communities of continuous inquiry and improvement. Austin, (Texas), Southwest Educational Development Laboratory). Encontramos que fue Lester Brown, fundador del Instituto de Observación Mundial, quien acuñó el término «sostenibilidad» por primera vez en el campo medioambiental a inicios de los años 80 del siglo pasado. (Suzuki, 2003 The David Suzuki Reader; A lifetime of ideas from a leading activist and thinker. Vancouver (Canada, Greystone Press). Definió que una sociedad es sostenible cuando es capaz de satisfacer sus necesidades sin tener que disminuir las oportunidades de las generaciones futuras para satisfacer las suyas. Lo mismo, dicho de otra manera, se encuentra en el Informe Brundtland del Comité Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1987: «La humanidad es capaz de lograr el desarrollo sostenible con el fin de satisfacer las necesidades presentes sin tener que comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades» (World Commission on Environment and Development, 1987). En el campo educativo, Fullan define la «sostenibilidad» educativa como «la capacidad del sistema para comprometerse a tratar de resolver las complejidades que resultan de la mejora continua y que es compatible con los valores profundos derivados de las necesidades humanas» (Fullan, 2005 Leadership and Sustainability. System thinkers in action. San Francisco, Jossey-Bass.). Por otro lado, agrega Hargreaves, que esta definición se fundamenta en aquella que empleó hace algunos años cuando empezó a trabajar en la noción de «sostenibilidad». Así sostiene que el liderazgo y la mejora educativa sostenibles preservan y desarrollan el aprendizaje profundo de todo aquello que se difunde y esto perdura en el tiempo, de modo que no cause perjuicio alguno, pero sí propicie de hecho un beneficio positivo para las personas que se encuentran alrededor, ahora y en el futuro (Hargreaves y Fink, 2003 «Sustaining leadership», en Phi Delta Kappan, 84 (9), pp. 693-700).
2. APORTE DE LAS EXPERIENCIAS. Hargreaes en un artículo escrito con Fink titulado Estrategias de cambio y mejora en educación caracterizadas por su relevancia, difusión y continuidad en el tiempo (Revista de educación, ISSN 0034-8082, Nº 339, 2006) elaborado a partir de la perspectiva de profesores y líderes educativos ha desarrollado un marco explicativo que ha permitido enunciar siete principios para lograr el cambio educativo y la mejora sostenibles.
• Profundidad. El cambio y la mejora sostenibles constituyen dos aspectos de especial relevancia. En educación significa preservar, proteger y fomentar aquello que contiene en sí mismo un aspecto enriquecedor para la vida: el aprendizaje profundo y duradero. Que significa el compromiso de alcanzar lo que debe ser duradero en el tiempo, sumándole a ello la atención y cuidado hacia el otro y entre todos.
• Longitud. Significa preservar y adelantar en aquellos aspectos más valiosos de la vida a lo largo del tiempo, signado por cada año, por un líder educativo y otros miembros del personal educativo. Los retos surgen desde las formas de sucesión formales e informales en el guía actual como en los líderes individuales a lo largo del tiempo. Esto constituye un núcleo central de la mejora sostenible y del cambio educativo.
• Amplitud. Es decir hasta dónde difundir el cambio y mejora sostenible. Para ello se demanda un liderazgo distribuido en la escuela tanto para conocer de forma precisa el grado que se ejerce como para determinar, de manera intencionada, el nivel que se puede alcanzar.
• Equidad. Entendiendo que tanto el cambio y mejora sostenibles no causan daño, pero si mejoran en breve tiempo el ambiente. El cambio y mejora sostenibles no tienen un sentido egocéntrico, sino son socialmente justos.
• Diversidad. Las organizaciones fortalecidas promueven la diversidad y evitan la estandarización. «La alineación» se considera un término grosero, pues perpetúa la dependencia jerárquica en sistemas lineales que son frágiles y que, por lo tanto, se pueden fragmentar. En lugar, el cambio y la mejora sostenibles promueven la diversidad en la enseñanza y el aprendizaje. Permiten quedarse con lo mejor de estos dos procesos; y dejan que las cosas avancen y mejoren, facilitando la cohesión y estableciendo una red de conexiones entre sus componentes, los cuales varían constantemente.
• Recursos. En este proceso -de cambio y mejora sostenible- los recursos materiales y humanos nunca se reducen. Se reconoce y premia el talento de las organizaciones desde su comienzo. El cambio y la mejora sostenibles actúan con prudencia y disponen de recursos suficientes; no malgastan el dinero ni desgastan a las personas.
• Conservación. Estudian y analizan el pasado conservando lo mejor como base para el futuro. De esta manera preservan y mejoran los objetivos establecidos a lo largo de muchos años. El cambio y la mejora sostenibles reexaminan y restablecen las formas de organización del pasado a la vez que enaltecen a sus autores como forma de aprendizaje y de conservación de dicho pasado; por otro lado, tratan de fomentar el progreso y de perfeccionar lo mejor de dicho pasado.
3. Perspectivas desde la escuela. Situar el cambio y mejora sostenibles desde este ámbito, permite alcanzar la integridad del resultado. Aquí se sitúa el aprendizaje en primer lugar, delante del rendimiento escolar, de las pruebas, de los exámenes. El considerar el aprendizaje como el elemento esencial para conseguir todo lo demás hace que éste sea profundo y amplio, más allá de lo básico o fundamental. Por ello el hecho de tener presente el aprendizaje es un proceso lento, pero perdurable. No está al ritmo y vaivén de aquellos que son impuestos desde fuera.
Las políticas de cambio sostenibles en la escuela no se oponen a que se establezcan objetivos a corto plazo. Por el contrario se engloban en el proceso de cambios tornándose útiles, De ahí que las políticas educativas acertadas y desde la experiencia local tienen continuidad en el tiempo y se pueden compartir como ejemplo de consecución de objetivos desarrollados de manera conjunta y con responsabilidad permanente entre el profesor y el alumno así como entre el docente y los padres de familia.
Por ello el enfoque de cambio y la mejora sostenible influyen en principios firmes y sólidos que perduran en el tiempo y en programas oficiales firmes que no se tornan obsoletos y desaparecen de un gobierno a otro. Esto exige una diversidad pedagógica y una formación docente diferente, que responda a la dinámica estudiantil y al desarrollo del proceso educativo. Debe tenerse en cuenta que la política que promueve el cambio educativo sostenible en la escuela impulse múltiples formas dirigidas a alcanzar la excelencia pedagógica a partir de enriquecer el repertorio de conocimientos de los profesores promovida por una red de docentes conformada a partir de diferentes aulas, especialidades, laboratorios y otros elementos que refuerzan la investigación relacionada con métodos de enseñanza.
Todo ello requiere un liderazgo (Lieberman y Miller, 2005 in the U.S.: Teacher Leadership. San Francisco, CA, Jossey-Bass) a través de los que conforman la comunidad de profesionales de aprendizaje que deben constituir el sistema sostenible. A partir de esta comunidad se promueve y mantiene el diálogo firme y pragmático fundamentado en la experiencia y en los medios que impulsen el alcance de los objetivos referidos al aprendizaje profundo y permanente entre todos los estudiantes. Todo lo relacionado con la «sostenibilidad» está referido a la satisfacción de las necesidades de la escuela, de los docentes y de los estudiantes si se sigue en esencia lo afirmado anteriormente: «La humanidad es capaz de lograr el desarrollo sostenible con el fin de satisfacer las necesidades presentes sin tener que comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades»
Volviendo a la palabra «sostenible» del inicio y concluyendo, es bueno tener en cuenta que a partir de enero de 2016 se pusieron en marcha los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) que seguirán orientando las políticas y la financiación del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo). Estos objetivos fueron aprobados el 25 de setiembre de 2015 por los líderes mundiales. En lo medular están dirigidos a erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una agenda de desarrollo sostenible. Los ODS son 17. Se basan en los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sin embargo incluyen nuevos campos como el cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, el consumo sostenible, la paz y la justicia entre otras prioridades. Los objetivos están interrelacionados, con frecuencia la clave del éxito de uno involucrará las cuestiones más frecuentemente vinculadas con otro.
En el ámbito de la educación el ODS 4 pretende “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”. En la Declaración de Incheón (Corea del Sur) aprobada en el Foro Mundial sobre la Educación (mayo 2015) se aprobó la Declaración de Incheon: Educación 2030: Hacia una Educación Inclusiva y Equitativa de Calidad y un Aprendizaje a lo Largo de la Vida para Todos. Se encomendó a la UNESCO que dirigiera y coordinara la agenda Educación 2030 con sus asociados”.
Desde 2017 se ha desarrollado eventos sobre el ODS 4:
- Buenos Aires: 24-25 de enero. Documento: Declaración de Buenos Aires https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000247286
- Santiago de Chile: Reunión de Seguimiento Técnico de la reunión Regional de Ministros de Educación de América Latina y el Caribe 6 y 7 de abril. Informe Hoja de Ruta de Implementación del ODS 4 – E2030: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000249810
2018
- Santiago de Chile: Segunda Reunión Técnica de Seguimiento a la Reunión Regional de Ministros de Educación de América Latina y el Caribe 15-16 de Febrero de 2018: http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/Informe-Segunda-Reunion-Tecnica-Hoja-Ruta-2018-ESP.pdf
- Cochabamba – Bolivia: Reunión Regional de Ministros de Educación. 25 -26dejulio de 2018 http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/Acuerdos_Cochabamba_ESP.pdf
Dijimos el año pasado luego de Cochabamba 2018 que se requería un informe del Ministro de Educación para saber de los compromisos que se vienen asumiendo. El silencio fue la respuesta. Si revisamos los acuerdos de Cochabamba de manera especial los acuerdos 5 y 6. “5. Desarrollar planes de trabajo para alinear las políticas nacionales y locales con el ODS4-E2030, teniendo en cuenta las prioridades nacionales y regionales. 6. Fortalecer la colaboración intersectorial para apoyar el logro de la Agenda 2030.”
Si no sintonizamos con los grandes compromisos educativos de la región siempre estaremos a merced de lo que los países desarrollados impongan recurriendo a su fundamentalismo mercantil y en defensa de su modelo económico. En el discurso de política educativa están ausentes compromisos y acuerdos tomados en conferencias internacionales y donde el país firma convenios. ¿Por qué el Ministro/a de educación no rinde cuentas de ello? ¿En el caso de ODS 4 qué se ha avanzado desde el acuerdo de Cochabamba en los puntos 5 y 6? Así como se viene trabajando bien con docentes sobre los aprendizajes de los alumnos, también se debería trabajar para que los acuerdos y convenios firmados en la región tengan su correlato en la política educativa a desarrollar. Sólo de esta manera serán sostenibles los cambios educativos. La innovación educativa no sólo debe darse en el aula y ser una exigencia para el desarrollo profesional de los docentes, también para el Estado y las políticas educativas que diseña, buscando el desarrollo sostenible auténtico y permanente, que trascienda gobiernos. ¿Nos atreveremos alguna vez? (
1 Comentario
Eva · 04/12/2021 en 6:30 AM
Hola a todos. Soy Eva, maestra.LLevo trabajando decadas en la educación. Y los niños me enseñaron a que no tenían que ser educados. Me enseñaron que cuando no hay maestros todos somos maestros.
He publicado un libro: Las escuelas andan con muletas.
En cada página del libro se recoge el rugido de los niños : ¡Dejame ser!.
Una crítica a la enseñanza que pensa toneladas y que ha echado el ancla para quedarse en el mismo puerto.
Los niños : Somos reyes de la creación. Las escuelas están enfermas nosotros, no.