Por: Luis Miguel Saravia

1.Alegoría Quienes vimos, presencialmente o por televisión la inauguración de los Juegos Parapanamericanos el sábado 23, pudimos apreciar imágenes que nos reflejaban  el mensaje de la inclusión: acogida, admiración, dar la mano para que nuestros semejantes con alguna discapacidad o minusvalía se sientan reconocidos y valorados, respetar al otro. Valorarlo. Admirarlo. En fin, todo aquello que signifique incluir.

Ceremonia emotiva / Foto: Lima2019

La puesta en escena fue un trabajo artístico, simbólico, participativo. Los paradeportistas se convirtieron en protagonistas,  se sentaron estratégicamente alrededor de los escenarios rodeando el espectáculo, acogidos por el público que los aclamaba. 

Esto es en esencia lo que se apreció y compartió en la inauguración de los Juegos Parapanamericanos, que pocos medios escritos describieron. 

2. Inclusión/exclusión.  En la vida cotidiana la inclusión social la definimos como la integración de todos los que son miembros de la sociedad, sin considerar su origen, su actividad, su condición socio-económica, su pensamiento, su religión. Se concreta en todos los planos de la sociedad: educación, salud, economía y otros.

En el campo educativo existen diferentes perspectivas teóricas del concepto inclusión educativa, y lo que implica. Apreciamos que el discurso sobre inclusión en políticas educativas ha tenido y tiene un lugar preferente, pero no así en su concreción. Algunos/as lo plantean como lema en sus discursos y pareciera que “todo lo sólido se desvanece en el aire” (Marshall Berman. Siglo XXI editores, 1988). Olvidamos la visión humanista que “…aborda el debate sobre la educación más allá de la función utilitaria que cumple en el desarrollo económico. Se preocupa ante todo por la inclusión y por una educación que no excluya ni margine. Funciona como guía para afrontar la transformación del panorama del aprendizaje a nivel mundial, en el que la función de los docentes y otros educadores sigue siendo primordial para facilitar ese aprendizaje con miras a un desarrollo sostenible para todos.” (UNESCO Replantear la Educación ¿Hacia el bien común mundial? Publicado en 2015 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura 7, Place de Fontenoy, 75352 PARÍS 07 SP, Francia) Pues las promesas se las lleva el viento. Y nos hartamos que se nos hable de inclusión, pues pareciera que es como la utopía que “está cada vez más lejos.” Somos dependientes por el discurso dominante del desarrollo que enfatiza lo económico y somos tributarios de una visión utilitaria y cautivos del capital humano. ¿Por qué se va perdiendo el respeto a la vida y a la dignidad humana fundamental para vivir en armonía en la diversidad? La ética es necesario rescatarla y ponerla en vigencia en el discurso y ofertas de desarrollo. En una visión alternativa como lo propone Amartya Sen, “mejora la función que ejerce la educación en el desarrollo de las capacidades necesarias para que laspersonas puedan llevar una vida con sentido y dignificada.” (Sen, A. 1999. Development as Freedom. New York, Random House; Sen, A. 1999. Commodities and Capabilities. Nueva Delhi, Oxford University Press, Citada por UNESCO Op.cit.)

Según UNESCO La Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza (1960) y otros tratados internacionales en materia de derechos humanos prohíben toda forma de exclusión o de restricción de las oportunidades en la esfera de la enseñanza fundada en las diferencias socialmente aceptadas o percibidas, tales como el sexo, el origen étnico o social, el idioma, la religión, la nacionalidad, la posición económica, las aptitudes. Para llegar a los grupos de excluidos o de marginados y proporcionarles una educación de calidad es indispensable elaborar y aplicar políticas y programas inclusivos.”

Afinando más la definición en el presente siglo, UNESCO propone como definición general: “La inclusión es vista como un proceso de dirección y respuesta a la diversidad de necesidades de todos los aprendices a través de la participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades y la reducción de la exclusión en y desde la educación. Implica cambios y modificaciones en contenido, enfoques, estructuras y estrategias, con la visión común que cubre a todos los niños de un rango apropiado de edad y la convicción de que es responsabilidad del sistema regular educar a todos los niños.” (Overcoming exclusion through inclusive approaches in education. A challenge & a vision. Conceptual paper. ED.2003/WS/63 UNESCO document 134785, 2003 http://www.unesco.org/education/inclusive p.3). Para completar el concepto añade “la educación inclusiva como enfoque busca dirigirse a las necesidades de aprendizaje de todos los niños, jóvenes y adultos concentrando la atención específicamente en aquellos que son vulnerables a la marginalización y la exclusión (UNESCO, 2003, p. 4). Al respecto nos dice Alicia R. Wigdorovitz de Camilloni “Con frecuencia, en el discurso de la inclusión educativa subyacen multitud de exclusiones escondidas.” (En EL CONCEPTO DE INCLUSIÓN EDUCATIVA: DEFINICIÓN Y REDEFINICIONES. Publicado en Políticas Educativas – Campinas, v.2, n.1, p.1-12, dez. 2008). Al análisis de los discursos nos remitimos.

El discurso de la inclusión se torna debate y se confronta con la exclusión y con la marginalidad. Existen quienes optan por el término medio, para marcar las diferencias, las críticas y los fundamentos de las políticas. Arguyen desde la economía -presupuesto, desde medidas restrictivas materiales y otras- para caer en la inmovilidad. El término medio inmoviliza, paraliza y en educación ello atenta contra el aprendizaje, la formación ciudadana, el conocimiento y el juicio crítico. Y aquí GRAHAM, L. J.; SLEE, R cita a Derridá: ”La inclusión puede ser teorizada, en consecuencia, como una estrategia discursiva en un juego político que construye no simplemente posiciones (modos de interioridad/exterioridad) sino un juego por el cual son concebidos límites y fronteras”. (En: An Illusory Interiority. Interrogating the discourse/s of Inclusion, Educational Philosophy and Theory, v. 40, n.2, 2008. p. 277 – 293). ¿Será que nos hemos estancado en la consigna política sin desarrollarla? ¿Será por eso la “indiferencia” para valorar y comprender una alegoría fundamentada en la inclusión? Es posible que la reiteración permanente de la inclusión en el discurso político-educativo, requiera una reflexión profunda, articulada con la exclusión y la relación que guardan con los procesos sociales que se vienen dando. Un debate que debería darse, no sólo por los políticos y otros profesionales, sino de manera especial por los educadores. 

3. YA CASI NO… He tomado el título de un escrito de Carlos Skliar (investigador y escritor argentino, especializado en literatura, pedagogía y filosofía), pues encierra un mensaje para reflexionar sobre nuestro aquí y ahora en medio de la confusión en que vivimos. Volviendo al tema de la alegoría, donde los espectadores se emocionan con lo adjetivo y les mueve a risa, y no a lo sustantivo que hace pensar, que es el mensaje. Hoy todo se “mueve” a base de consignas y lemas y qué poco al contenido. Y Skliar  nos ayuda con esta reflexión para pensar un poco: “Ya casi no se conversa con los otros, ya no se conversa de otras cosas; en el mejor de los casos sólo se conversa siempre entre los mismos y siempre de las mismas cosas. El lenguaje se ha vuelto un refugio opaco de narrativas sombrías donde cada uno repite para sí y se jacta indefinidamente de sus pocas palabras, de su poca expresividad y de su incapacidad manifiesta para la escucha del lenguaje de los demás. Casi nadie reconoce voces cuyo origen no le sean propias, casi nadie escucha sino el eco de sus propias palabras, casi nadie encarna la huella que dejan otras palabras, otros sonidos, otros gestos, otros rostros”.  (http://accesibilidadeinclusion.blogspot.com/2017/04/carlos-skliar-pedagogias-de-la.html

Vivimos en un mundo que viene transformándose profundamente en las últimas décadas. El tema de la inclusión reaparece, pero como captado por el mercado y por lo tanto devaluado. Sirve de admiración, contemplación,  pero infunde poco la solidaridad, el respeto al otro por lo que vale como persona y no como discapacitado lleno de potencialidades que espera la oportunidad -en educación, salud, trabajo-para demostrar valor. El mercado lo que muestra son nuevas formas de inclusión y exclusión, pero alimentando lo que se llama la “conmiseración”. ¿Somos críticos de esta percepción que por “todos los medios de comunicación” saturan a la sociedad? ¿Por qué se oculta que en la inclusión la persona no es pasiva de actos de beneficencia sino sujeto de derechos? A ellos se les debe capacitar para que sean protagonistas de su propio destino y parte activa de la sociedad: en la educación, en el trabajo, en la vida política y cultural y el acceso a la justicia.

Foto: RPP

Los Juegos Parapanamericanos que llegan a su fin nos deben dejar a una lección: los actores son personas con cualidades y capacidades diferentes y allí encierran una riqueza que por derecho deben descubrir y desarrollar para que puedan aportar a la construcción de una sociedad más justa y solidaria, no competitiva sino equitativa. Los y las atletas que han participado lo han hecho con todo esfuerzo y con toda la alegría.

La inclusión en nuestro país debe practicarse y no quedarse en los discursos o en la letra de un decreto oficial o en una directiva o ponerla en una alegoría donde el mensaje no es comprendido por la mayoría de personas que la confunden con la conmiseración. Olvidan que se trata de personas con derechos Es necesario trabajar por una sociedad más concientizada y comprensible que permita eliminar las barreras que muchas veces frenan el desarrollo de las personas con discapacidad. Seamos más abiertos y acogedores. Así avanzaremos a tener un país más justo, equitativo, solidario, diverso que debemos valorar, potenciar, y aprender que esto se construye en comunidad y a partir de una propuesta educativa multidisciplinar. El reto que tenemos es ser capaces de observar crítica y reflexivamente nuestro sistema educativo y colaborar para levantar propuestas de mejoras que los fortalezcan construyendo una verdadera educación inclusiva.


1 Comentario

Maria Jose · 01/10/2019 en 11:59 AM

Me parece bien ya que para muchas personas incapacitadas puedan tener una experiencia unica y puedan sentir la emoción de estar en estos juegos.
y para la de mas personas también para que comprendamos que las personas incapacitadas tienen las mismas oportunidades que nosotros.

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